El clima dentro de la Alcaidía N°3 de Melchor Romero volvió a tensarse en los últimos días. Máximo Thomsen, uno de los ocho jóvenes condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa, suma un nuevo frente de conflicto tras la aparición del documental de Netflix que reavivó el caso a casi seis años del asesinato ocurrido en Villa Gesell.

Los rugbiers cumplen sus penas en un régimen atravesado por rutinas estrictas que combinan talleres educativos, momentos de recreación y medidas de aislamiento. Sin embargo, la exposición generada por el estreno de “50 segundos: el caso de Fernando Báez Sosa”, dirigida por Martín Rocca y producida por Fábula, volvió a alterar el frágil equilibrio interno. La serie, que reconstruye con material exclusivo los instantes previos y posteriores al ataque que terminó con la vida de Fernando, volvió a instalar a los condenados en el centro de la escena pública.

Un penal convulsionado por la exposición mediática

De acuerdo con información difundida por A24, desde la llegada del documental al catálogo de Netflix, Thomsen enfrenta una situación más delicada dentro del penal. Según fuentes penitenciarias, la atención mediática incrementó su vulnerabilidad y generó tensiones visibles en su entorno inmediato. En un ámbito donde la reputación interna sigue códigos propios, la exposición pública suele ser interpretada como un privilegio o un intento de sobresalir, algo que no siempre es bien recibido por los demás internos.

Esta nueva tensión se suma a un episodio previo ocurrido semanas atrás. El 12 de octubre, Thomsen fue trasladado a otro sector tras una pelea con un interno. Aunque los detalles del enfrentamiento nunca fueron esclarecidos, trascendió que él habría iniciado la agresión. Como consecuencia, se dispuso un aislamiento preventivo para reducir posibles represalias.

Fuentes penitenciarias señalan que la notoriedad del caso y el supuesto “trato diferencial” que algunos reclusos percibían alrededor del joven de 25 años habrían alimentado el malestar. No obstante, hasta antes de este nuevo conflicto, Thomsen venía participando con regularidad en talleres de alfabetización jurídica y actividades vinculadas a derechos humanos dentro del establecimiento.